Después de todos los momentos por los que pasé en mi vida, tanto los tristes como los felices, aprendí que ante todo problema la solución es siempre la misma: sonreír.
Llorar no está mal, sirve para descargarnos después de haber contenido ya demasiado, y es realmente liberador. Pero después del período más triste de tu vida, después de todo ese sufrimiento por el que pasaste, después de las lágrimas que no lograste contener por más tiempo, ¿qué sigue? Sonreí y seguí adelante. Llenate de fuerzas que te ayuden a superar toda esa tristeza y continua con tu vida.
Es lo único que podes hacer.
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