Te voy a ser completamente sincera: me hiciste mierda. Y creo que mucho más de lo que alguna vez imaginé que lo harías. Confié todo en vos, absolutamente todo, y nunca se me pasó por la cabeza que algo así llegaría a pasar, pero pasó. Y ahora no paso ni un día sin pensar en cuánto te extraño y necesito.
Nunca podrás sanar mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario